Litle Sister - Capitulo 6-.

Suspire por decimo quinta vez. La cabeza me dolia y ya no me estaba funcionando la técnica de “redbull *vevida energizante*” con vodka. Moria de sueño ya que hacia semanas que no dormía a causa de las pesadillas y la amiguita de mi hermano mayor.
Oh si, hermano mayor. Desde aquel incidente en la escuela me había propuesto romper cualquier tipo de vinculo con Itachi Uchiha. Para mi, el había pasado a ser un simple desconocido al cual lo llamaba “hermano mayor” porque “desconocido” se me hacia muy… raro.

Termine de arreglarme y baje a desayunar. Dei me pasaría a buscar a las 7:30 am lo que me dejaba casi hora y media para comer y terminar mis tareas de algebra. Suspire nuevamente mientras me dirigía a la cocina. Extrañaba que Itachi las hiciera por mi. Rei suavecito al recordar las palabras de la profesora Kurenai hace unos días “Señorita Uchiha, ¿Se encuentra usted bien? Sus calificaciones en mi materia han bajado notablemente. Espero a que no se deba a un problema personal, de ser asi tendre que llamar a su padre” Paff… ni que a Fugaku le interesara lo que yo hiciera o dejara de hacer. Para el solo era “la hija de la sirvienta que mi difunta esposa adopto”.

Mire el cuaderno con pesar antes de volver a revisar aquellos problemas de los cuales no entendía ni soto. Es decir, ¿eran problemas si quiera? Dios, Dei iba a matarme! Le prometi que prestaría mas atención pero en realidad es bastante difícil cuando tienes que aguantar a Rock Lee gritando en tu oído hacerca de “la llama de la juventud” ¿Es que acaso Kurenai estaba tonta? Que llamar a mis padres ni la m*erda! Internen a ese raro! Eso es lo que hay que hacer! Meterlo en el loquero!
Volvi a reir mientra dejaba el lápiz a un costado. Estaba per.di.da.

- Haci lo único que lograras es que llamen a Fugaku –senti su vos rasposa y aquella fragancia a miel y café tan propia de el- Deverias prestar mas atención- volvió a comentar mientras se sentaba a mi lado y revisaba los ejercicios-¿(..)?.

La ley del hielo, si señor. Parecia infantil pero realmente estaba enfadada. Bueno, no tanto en realidad, en los últimos dos meses se había pasado todo rastro de dolor y enfado. Ahora solo me quedaba el orgullo. Y gran orgullo que tenia.

- Bien –gruño para empezar a resolver todo a una velocidad admirable- No es que me importes –prociguio- y enrealidad creo que me conviene que te valla mal en algebra porque Kurenai me habisa absolutamente todo lo que haces y bueno, ya sabes, pero el hecho es que no tengo ganas de tener que aguantar a Fugaku en casa y menos soportar tus lagrimas luego de… de lo que sea que pasa cuando viene –comento desinteresado- Eres muy llorona.

Aprete los puños bajo la mesa. Siempre que venia Fugaku se la pasaba pegándome. Era como la historia sin fin. Venia para las fiestas. Miraba mis calificaciones. Hablaba con la directora y luego de eso venían unas intensas ocho semanas de golpizas diarias por razones desconocidas y de llantos y moretones tapados con maquillaje.

Cuando Mikoto aun vivía era ella quien solia detenerlo. Siempre curaba mis heridas, me llevaba al medico y me ponía maquillage en las mañanas para que no se notaran. Fue en uno de esos ataques de ira de Fugaku que Mikoto y yo tuvimos el accidente. Fugaku me había tirado contra el buro creando como consecuencia que mi cabeza comenzara a sangrar desmedidamente. Y bueno el resto es esperable. Claramente Fugaku siempre me culpo por ello.
Reacione y le quite el cuaderno de entre las manos a Itachi para guardarlo en mi mochila y salir a esperar a Dei.

- No termine! – lo sentí gritar por detrás – Y si sales te congelaras! Es otoño por si no te enteraste! –lo ignore-.

Sali y me sente a básicamente morirme de frio. Habia dejado mi abrigo a dentro y no pensaba ir a buscarlo por mas que estuviera congelándome de frio en este momento. Maldito uniforme. Maldito horario de mañana. Maldito Uchiha por hacerme enojar. Gruñi. Tonto Deidara. ¿Acaso pensaba tardar mucho mas?! ¡Tenia un Porche por Dios! Que ascelerara!!!

La puerta se habrio dejando ver a un “pequeño uchiha” con mucha cara de sueño y pocas ganas de hablar. Aun asi, no es como si me importara.
- Tan temprano galan – comente titiritando al verlo pasar por mi lado-.
- Eres increíble –murmuro al verme sentada en la ascera con solo la pollera y la camisa- Estas realmente loca-.
- Aun no responde mi pregunta señor –volvi a titiritar-.
Suspiro profundamente para sacarse su bufanda y tirármela por la cabeza – Pasare por Sakura y… -suspiro pesadamente- el baka de Naruto rompió el auto asi que también pasare por el-.
- Oh… suerte con eso y… gracias –sonrei mientras me enroscaba la bufanda frenéticamente al cuello-.
Lo escuche murmurar su típico “hmp” mientras se dirigía a la cochera. Me abrase a mi misma mientras rogaba que Dios se pusiera de mi lado e hiciera que Deidara llegara pronto. Observe con pesar como Sasuke se iba en el Volvo rumbo a donde iba(¿).
- ¡Maldicion Deidara! –chille al ver como mis piernas se ponían cada vez mas azules-.

Y entonces justo cuando el picaporte de la puerta descendia un Porche amarillo aparcaba en la calle ¡Si! Corri como desquiciada al auto mientras sentía la mirada del otro Uchiha sobre mi espalda. Apostaba a que tenia mi chaqueta en sus manos pero sinceramente no me importaba. Durante estos últimos días se había estado portando muy amable. Raro, pero sierto.

- ¿Se puede saber por que tardaste tanto? –comente enojada mientras subia la calefacion del coche-.
- Hola para ti también angelito –rio- había trafico –comento divertido-.
- ¿Trafico? ¿Cómo que trafico? –chille-.
- Aja… Ademas angelito, son las 7:32 –comento riendo para luego encender el coche e ir rumbo al colegio-.
- Estúpido Itachi –gruñi-.
- ¿Te hizo algo? –me miro seriamente-.
- No, no, no Dei-kun –rei- bueno, tal vez… Es mo.les.to –volvi a reir- Dei-kun suena raro ¿No dei-kun?
- Ash –rio- deja de decirme asi de verdad que suena freak-.

Durante el viaje nos la pasamos hablando hacerca de los “-kun’s” y lo raro que pueden sonar. Como por ejemplo: Chi-kun para Itachi. Si algún dia de mi vida me decidia a volverle a hablar –cosa que en parte no hacia porque, aunque no lo admitiera abiertamente, cualquier cosa “semi-amorosa” que el me dijera me dejaria rendida ante sus pies y eso no era precisamente parte de mi plan “OlvidaAItachi”- definitivamente le diría asi. Ya me imaginaba su cara cuando gritara ante todo le colegio “Chi-kun! Suke-kun dijo que tenia emoroides*” hahahah emoroides, cuan grande es mi genialidad.

Al llegar al colegio Dei me paso su chaqueta y guantes para que no pasara frio, me dio un suave beso en los labios y se dirigió al edificio de la facultad de letras. Esta seria una genial ultima semana de clases!